En tu país se producen continuamente bienes como frutas, zapatos o aparatos tecnológicos; servicios como consultas médicas o el transporte en autobús y se realizan inversiones en casas, carreteras, puentes, edificios de oficinas, departamentos o aeropuertos.

Todos estos bienes y servicios, así como las inversiones realizadas tienen un valor porque tienen un precio. Si sumas el valor de todos los bienes, servicios e inversiones que se producen en el país durante un año, obtienes el Producto Interno Bruto o PIB.

Es un “producto” porque es el valor de toda la producción nacional; es “interno” porque para calcularlo se resta el valor de los bienes y servicios que se traen de otros países, es decir, las importaciones. Finalmente es “bruto” porque no toma en cuenta el costo de esa producción.

Ahora bien, así como a ti interesa saber si están creciendo tus finanzas, a todos como ciudadanos nos debe interesar saber si nuestro país está creciendo o no, es decir, si se produjo más o menos que el año anterior.

Por eso es muy común que al hablar del PIB no se mencione su valor en dólares o en la moneda local, sino más bien qué porcentaje creció o disminuyó respecto del año anterior. A este porcentaje se le llama tasa del crecimiento del PIB.

Así, por ejemplo, escucharás que se espera un crecimiento del 5% en el PIB para el próximo año, lo que significa que habrá más inversión en edificios, casas o maquinaria y que se producirán más bienes y servicios. Esto es beneficioso para todos porque habrá más empleo y más oportunidades para hacer negocios.

Por el contrario, si la tasa del PIB es negativa, entonces el país decrecerá en su producción y actividad económica y estará en recesión. En estas condiciones, es probable que haya más desempleo y que esto afecte seriamente a muchas familias en sus finanzas.